La motricidad fina comprende todas aquellas actividades donde se le permite al niño/a realizar movimientos que necesitan de una precisión y un elevado nivel de coordinación.
Pinzar, ejercicio típico vida práctica Montessori |
El dominio de esta actividad es compleja ya que exige la participación de muchas áreas corticales que hacen referencia a la coordinación de las funciones neurológicas, esqueléticas y musculares utilizadas para realizar movimientos complejos.
Normalmente los niños/as comienzan a adquirir esta habilidad en torno al año y medio.
Pinzar y transferir |
Los ejercicios que se realizan para conseguir el desarrollo de esta habilidad suelen ser de un nivel muy simple y continuar a lo largo de los años con metas más complejas y delimitadas, con diferentes objetivos marcados por edades.
Adquisición de la coordinación viso-manual
La adquisición de la habilidad de la coordinación manual en concreto conduce al niño al dominio de su mano, ejercitando para ello la muñeca, el antebrazo, el brazo y la propia mano.
Siendo a la vez la adquisición de su coordinación facial, dónde el niño/a aprende a dominar los músculos de la cara que son fundamentales para que pueda expresar sus emociones y sentimientos. Esto se realiza en dos etapas, primero lograr el dominio voluntario de los músculos de la cara y después la identificación como medio de expresión para comunicar su estado de ánimo a su entorno.
¿Cómo se trabaja?
Las actividades que trabajan la coordinación viso-manual del niño/a suelen ser, punzar, pinzar, pintar, enhebrar, recortar, moldear y colorear entre otras.
Ejercicio de motricidad fina añadir gomillas |
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